top of page
Buscar

¿Por qué es necesario tener objetivos financieros alineados a nuestros valores?

  • Foto del escritor: María Sánchez
    María Sánchez
  • 17 abr
  • 5 Min. de lectura

ree

La mayoría de las personas inicia su camino financiero con metas poco definidas como “ganar más dinero”, “ahorrar lo que se pueda” o “vivir sin preocupaciones”. El reto con este tipo de objetivos es que terminan siendo deseos vagos que no ofrecen dirección ni motivación a largo plazo. Establecer objetivos concretos, que nos emocionen y nos importen, requiere de trabajo de introspección que nos permita crear una conexión con nuestros valores personales.


Si te cuesta trabajo definir objetivos o comprometerte con ellos, no estás solo. No sólo tendemos a enfocarnos en resultados inmediatos y evitamos el esfuerzo mental que implica proyectarnos a largo plazo, si no que realmente no nos enseñan a establecer metas que sean auténticas con nuestros valores y a que resuenen con nosotros mismos. Esto puede resultar que pasemos la vida distraídos por alcanzar objetivos que no son realmente nuestros, sino impuestos por expectativas de los demás o por una versión autoimpuesta de lo que deberíamos ser, tener o hacer.


Lo que no son objetivos (aunque lo parezcan)


Muchas veces creemos tener metas claras y nos sentimos motivados por ellas. Un ejemplo son nuestros propósitos de año nuevo, pero ¿cuántos llegamos a febrero con la misma motivación? Esto sucede porque en realidad estamos atrapados en intentos de objetivos que no nos llevan a ningún cambio significativo. Estas son las formas más comunes de metas mal planteadas:


1. Son vagos o ambiguos

Ejemplo: “Quiero ahorrar más.” Este tipo de afirmaciones carecen de dirección, plazo y motivación. No sabes cuánto es “más”, ni para qué, ni cuándo. Es como decir “quiero viajar” sin definir a dónde ir.


El problema con “metas” vagas es que no conllevan un plan de acción, por lo que terminan siendo únicamente una lista de deseos más que objetivos que nos den una dirección de hacia dónde ir y cómo avanzar.


3. No son inspiradores y resultan irrelevantes

Ejemplo:  “Invertir en bolsa porque todos lo están haciendo.” Aunque financieramente sea útil, si el objetivo no conecta con un valor o una emoción positiva, será difícil mantener la motivación o podremos tener emociones negativas cuando haya una caída de bolsa porque nuestra personalidad es aversa al riesgo. Una meta que no responde a tus intereses o valores personales no generará compromiso. Lo importante no es lo que funciona para otros, sino lo que se alinea con tu propósito.


2. Son listas de tareas, no metas

Ejemplo: “Hacer un presupuesto.” Estas acciones pueden formar parte de un plan, pero en sí mismas no son objetivos, son pasos seguir. Tener una lista de actividades nos ayuda a seguir un orden en nuestras vidas, y como parte de un plan de acción mayor, son indispensables. Sin embargo, es importante no interpretarlas como objetivos porque puede resultar fácil que pierdan sentido y constancia a lo largo del tiempo si no están integradas a una visión y propósito mayor.



La importancia de tener objetivos financieros

La falta de metas claras puede tener un alto costo en lo personal y financiero. Vivir sin dirección no solo reduce la probabilidad de lograr lo que deseamos, sino que puede tener consecuencias que nos impacten negativamente.


  • Falta de dirección: Si no tenemos claro hacia dónde dirigirnos, pasaremos nuestras vidas en piloto automático sin realmente tomar el control de nuestra situación. Definir objetivos claros es el primer paso para cambiar tu realidad financiera. 


  • Baja motivación: Los objetivos sirven de inspiración y nos permiten visualizar nuestros deseos y aspiraciones para tomar la acción necesaria para lograrlos. Además, los objetivos alineados a nuestros valores nos dan acceso a una vida diseñada por nosotros mismos.


  • Estrés y ansiedad: La incertidumbre financiera, cuando no se acompaña de un plan, se convierte en una fuente constante de preocupación. Empezar por establecer objetivos claros y contundentes, acompañados de un plan de acción nos permite transformar y tomar el control de nuestra situación financiera y nuestra vida. 


  • Pérdida de oportunidades: Las decisiones sin estrategia implican dejar pasar oportunidades clave por no tener claridad en qué se busca. Tener una dirección de lo que queremos lograr nos permite diseñar estrategias que nos permitan aprovechar oportunidades que lleguen en el camino.


  • Mal manejo del tiempo: Al no tener objetivos, el tiempo se invierte en lo urgente, no en lo importante. En las finanzas el tiempo es importante, así que tener objetivos a corto, mediano y largo plazo te permitirá tener un plan de acción que optimice tiempo y resultados en lo que es importante para ti.


Estrategias para definir objetivos alineados y motivadores


1. Identifica tus valores clave

Responde estas preguntas para ayudarte a identificar tus valores:

  • ¿Qué necesito para sentirme pleno o plena?

  • ¿Por qué quiero tener libertad financiera?

  • ¿En qué momento soy más feliz? ¿Qué estoy haciendo, con quién, en dónde?

🎯 Ejercicio práctico: Elige tus 5 valores más importantes y priorizalos. 


2. Aplica el método SMART con profundidad

El método SMART es una guía simple y poderosa para estructurar objetivos funcionales. 

S – Específico

Tu objetivo debe ser claro y definido para evitar ambigüedad.

  • Ejemplo mal planteado: “Quiero ahorrar.”

  • Ejemplo específico: “Quiero ahorrar $100,000 para el enganche de un departamento.”

🔹 Estrategia: Cuestiónate: ¿Qué quiero lograr? ¿Por qué? ¿Dónde? ¿Cuándo?

📝 Ejercicio: Redacta tu meta usando esta fórmula: “Quiero [acción concreta] para [propósito] en [plazo] con [recursos/condiciones].”

M – Medible

Para todo objetivo, su progreso debe poder ser medido. Lo que no se mide, no se mejora.

  • Ejemplo: “Para cubrir la universidad de mi hijo sin estrés, deberé ahorrar $5,000 al mes durante 17 años.”

🔹 Estrategia: Define un número, porcentaje, cantidad o hitos para poder evaluar tu progreso.

📝 Ejercicio: Usa una hoja de cálculo o app financiera para registrar tu avance cada semana.

A – Alcanzable

El objetivo debe ser realista considerando tu situación actual para mantener tu enfoque y motivación. Soñar es importante, pero también lo es la ejecución.

  • Ejemplo: Si tu ingreso mensual es de $20,000, ahorrar $10,000 al mes podría implicar un sacrificio mayor, por lo que deberás ajustar a metas que te permitan lograr el objetivo mayor sin la necesidad de renunciar en el camino.

🔹 Estrategia: Evalúa ingresos, gastos y posibles sacrificios necesarios. Considera metas intermedias.

📝 Ejercicio: Haz una tabla con tres escenarios: conservador, medio y ambicioso. Ajusta la meta a algo realista pero que aún represente un reto que te permita crecer y vivir bajo tus valores.

R – Relevante

El objetivo debe estar alineado con tus valores y visión de vida.

  • Ejemplo: Si valoras viajar, una meta relevante podría ser crear una cuenta exclusiva para tus viajes.

🔹 Estrategia: Conecta cada meta con un valor personal. Pregúntate: ¿por qué me importa esto?

📝 Ejercicio: Escribe una frase motivadora para cada objetivo que explique cómo contribuye a tu propósito vital.

T – Temporal

Debes fijar un plazo para lograrlo. Esto crea urgencia y enfoque.

  • Ejemplo: “Alcanzar la meta de ahorro en 12 meses, dividiendo el objetivo en trimestres.”

🔹 Estrategia: Usa cronogramas, recordatorios y fechas clave. No olvides realizar evaluaciones periódicas para revisar tu progreso.

📝 Ejercicio: Agenda revisiones mensuales en tu calendario para ajustar acciones y celebrar tus avances.


Reflexión final

Cuando tus objetivos financieros están conectados con lo que realmente valoras, se transforman en motores de energía interna. No necesitas motivación externa cuando tu meta te emociona cada día. Diseña una vida financiera con intención, no por inercia y verás como toda tu vida se transforma.


 
 
bottom of page